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Carta Natal
LOS PUMAS
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RIVER PLATE RUGBY
CHAMPIONSHIP
- UAR -
FUENTE: Investigación y
Rectificación propia.
HISTORIA
El rugby,
llegó a nuestro país de la mano de inmigrantes ingleses en la década
de 1870. El 10 de abril de 1899 se conformó un Comité Organizador
para el primer Campeonato a disputarse en Buenos Aires. Se llamó The
River Plate Rugby Union Championship.
En 1927 la
selección se presentó por primera vez luciendo una casaca de franjas
horizontales azules y blancas (antecedente de la camiseta actual),
en ocasión de la visita del seleccionado inglés. El 18 de mayo de
1931 la Unión pasó a llamarse Unión del Rugby del Río de la Plata.
En 1945 se creó el Campeonato Argentino, en el cual participaron
tanto clubes de la capital federal, como de la Provincia de Buenos
Aires y el interior del país. En 1951 se obtuvo el primer título
internacional: El Campeonato Sudamericano, que contó con la
presencia de Argentina, Brasil, Chile y Uruguay. El 29 de noviembre
de 1951 volvió a cambiar la denominación de la Unión, por la actual
Unión Argentina de Rugby. Durante 1965 se llevó a cabo, en
Sudáfrica, el evento que colocó al rugby argentino en el mapa: una
gira en la que se enfrentó a equipos de gran trascendencia, de la
cual se regresó con un saldo más que favorable: 11 triunfos, un
empate y 4 derrotas. Fue de esta inolvidable campaña que nuestros
seleccionados volvieron al país bautizados "Pumas". A través de
estas y otras memorables actuaciones nuestro Pumas se han ganado un
merecido lugar dentro de la historia del rugby mundial.
NACEN
LOS PUMAS
El mundo
comienza a conocer el rugby argentino, con "Los Pumas", después que
el 19 de junio de 1965 la Selección Argentina venciera por 11-6 a
los Juniors Springboks, en la gira realizada por Rhodesia y
Sudáfrica.
La Selección Argentina "Los Pumas" fue bautizada con ese nombre por
el semanario sudafricano "The Weekly Farmer's", pues el periodista
llamó puma al yaguareté que adorna el escudo de la camiseta
argentina.
Nota del Diario La Nación
escrito durante el Mundial de Rugby Francia 2007,
donde Los Pumas salieron en 3º Puesto.
El articulo siguiente salio en el Diario La Nación, el cual me pareció
un excelente comentario sobre el espíritu de Los Pumas. La Argentina rompió con las reglas de la lógica de este deporte y llegó a las semifinales; éste es el Mundial de los que juegan con el corazón, un atributo que no se compra con millones LANACION.com | Deportiva | Lunes 8 de octubre de 2007
PARIS.- Las lágrimas incontenibles
de Scelzo cantando el Himno reflejan la misma emoción de millones de
argentinos. Los cuerpos inquietos de los héroes de París mientras entonan la
canción patria transmiten el mismo nerviosismo que conmueve a los que los
admiran desde afuera. La revolución Puma trasciende más allá de los límites
del universo ovalado; como un ejército de guerreros ingobernable, el
seleccionado conquista cada vez más espacio en un campo donde sólo había
lugar para unos pocos, los que se sentían dueños de este deporte. Pero la
gesta no sólo es deportiva, sino social, pues la proeza de estos domadores
de adversidades es un ejemplo, un modelo de sacrificio, valor, entereza y
unidad. ¿Qué más se le puede pedir a un grupo que representa a un país?
Porque esto no es sólo del rugby, la trascendencia de este majestuoso logro
sobrepasa cualquier intento de darle real magnitud en medio de la
desbordante euforia.
Así como el plantel se unió para salir adelante en una órbita en la cual
convive en inferioridad de condiciones, la Argentina se identificó con la
causa de estos gladiadores. Los Pumas hacen estallar los corazones de
alegría; en Buenos Aires, el interior o hasta en esta capital, sitiada por
los colores celeste y blanco, han desencadenado la locura, la pasión por
este equipo, el mejor que se haya visto en la historia. Son superiores,
desde el alma, desde la implacable fortaleza mental, y en esta Copa del
Mundo más de uno se ha quedado atónito. "Son los últimos románticos, son un
verdadero ejemplo", declaró con sinceridad Jean-Pierre Rives, un referente
del rugby francés, el capitán de Les Bleus , luego de la épica
victoria en la presentación del certamen.
Se vuelven a casa Nueva Zelanda, Australia, Gales, Irlanda, todos favoritos
-en sus distintos niveles- y hasta aquí dueños absolutos de todo los que
sucede con esta actividad. Pero la selección argentina rompió esas añejas
reglas, así como también se unieron a esta rebelión -aunque no pudieron
concretarlo en resultados- Fiji, Tonga o Samoa, más integrantes del pelotón
de relegados. Este no es el Mundial de los "grandes", este es el Mundial de
los que juegan con el corazón. Ese es un atributo que los presupuestos
millonarios no pueden comprar, ni por el cual los dirigentes pueden
negociar. Se tiene o no se tiene, y los Pumas son los referentes de esa
legión que no se deja dominar.
Esta inolvidable historia nació desde el anonimato o hasta de la
marginación. Con fracasos, con momentos de zozobra o de desconsuelo, pero
jamás los Pumas comulgaron con los que se rinden. En los peores momentos fue
cuando más resplandecieron las virtudes, porque los grandes episodios de
este conjunto se construyeron a partir del esfuerzo cotidiano, en el día a
día, en cada entrenamiento. Pero no sólo lo que pasa hoy es la
reivindicación para los 30 colosos de Loffreda y Baetti, en el camino muchos
también dejaron su marca, y esos aportes ayudaron a engrandecer la mística
que empezó a transmitirse de generación en generación, desde que en 1965
Marcelo Pascual quedó inmortalizado en ese vuelo a la gloria. Cada cual en
su época, pero todos hicieron algo para que este presente sea realidad.
El lobby del hotel Marriott, el búnker para este choque ante los escoceses,
se inundó de familiares y fanáticos un par de horas después de la nueva
exhibición de grandeza en el Stade de France. Ex jugadores del seleccionado
-de todas las edades-, amigos, allegados, gente sin lazos directos con los
protagonistas en realidad, todos están con los Pumas, todos se sienten un
poco Pumas. Porque, ¿quién no sueña con salir con la frente alta en alguna
batalla quijotesca? Bueno, esos también son los que veneran a Pichot y Cía.,
porque todos se identifican con la filosofía de la perseverancia por sobre
todas las cosas.
La selección argentina escaló a un lugar sublime, el sitial más elevado al
que ni el más aventurero se haya podido imaginar. Pero nada termina aquí. No
hay límites para este equipo de gigantes, no hay fronteras para los que se
animan y dan cuerpo y alma por un sueño, por la ilusión de que le reconozcan
lo que realmente son. No más palabras, hechos, dijeron hace un tiempo y
embistieron como fieras embravecidas. Los Pumas se llevaron el mundo por
delante, pero con tesón y humildad, no con otros argumentos, sólo el ejemplo
y la mesura como insignia. La grandeza de la selección es admirable, y el
impacto estremece con vehemencia. El imperio de los poderosos del rugby
sucumbió. Es la era de los Pumas.
Por Santiago Roccetti
Enviado especial
Salta, 12 de Octubre 2007
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